¿En qué se basa la famosa ‘’dieta proinflamatoria’’ y cómo afecta a en nuestro estado anímico?
Este nuevo concepto creado recientemente comprende unos hábitos alimentarios basados en productos ultraprocesados que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como ‘’formulaciones industriales elaboradas a partir de sustancias derivadas de los alimentos o sintetizadas de otras fuentes, teniendo la mayoría de estos productos pocos o ningún componente natural’’.
Y es cierto que, aunque el proceso inflamatorio es natural y necesario para defendernos de las agresiones externas, una activación continua del mismo conlleva a patologías graves para la salud como el Síndrome del colon irritable o la Enfermedad de Crohn.
El ritmo frenético que llevamos diariamente, ya sea por responsabilidades laborales, domésticas, familiares o de ocio nos obliga a cambiar de forma importante los hábitos dietéticos que existían antes y que se basaban básicamente en comidas más elaboradas y más nutritivas que demandaban mayor cantidad de nuestro tiempo.
Cumplir las exigencias del día a día, nos genera un estrés que terminamos acumulando y nos hace mella en el momento menos oportuno, al final termina pasando factura no sólo a nivel gastrointestinal sino a efectos psicológicos.
Curiosamente, se ha descubierto que, durante el ultraprocesamiento de esta nueva gama de alimentos, se generan unas biomoléculas muy reactivas que afectan a diferentes partes del tracto digestivo, además de radicales libres de oxígeno especialmente a la flora intestinal. Esto a su vez, genera inflamación que se puede distribuir a diferentes partes del cuerpo, incluyendo pulmones, sistema urinario y sistema nervioso.
Una investigación publicada en la revista European Journal Nutrition un referente en temas relacionadas con la nutrición y la alimentación, ha investigado que el efecto de los ultraprocesados en la dieta de graduados universitarios tiene una correlación directa entre la tasa de depresión y cambios de humor repentinos y el consumo diario de estos alimentos, por la disminución en la síntesis de las endorfinas, los neurotransmisores de la felicidad.
Los expertos recomiendan una dieta rica en antioxidantes naturales como son los polifenoles, cumestranos, protoantocianidinas que se obtienen principalmente en alimentos vegetales como verduras, frutas y legumbres.